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En la actualidad, los consumidores hemos tomado mayor consciencia sobre la factura de la luz, sobre todo impulsado por el gran incremento que se ha producido en la misma con respecto a años anteriores.

La electricidad se ha convertido en una fuente de energía cada vez más cotizada por la subida de precio del gas natural, necesario para su producción, y por la falta de energías renovables en nuestro país.

Además, es altamente contaminante, pues su generación produce más del 41% del CO₂ en nuestro planeta, principal culpable del calentamiento terrestre.

Para reducir estas emisiones y el gasto de los usuarios a final de mes, es vital conocer todos los aspectos que componen nuestra factura de luz.

Término fijo, la potencia eléctrica contratada

En cada periodo de facturación y de manera independiente al consumo que realizamos, pagamos un importe fijo conocido como potencia eléctrica contratada. Se mide en kilovatios (kW) y establece un límite de aparatos eléctricos que se pueden conectar en el suministro sin que salten los plomos (IPC).

En la mayoría de las viviendas, estos kilovatios suelen ser superiores a los que realmente se necesitan, incrementando el coste de la factura de manera innecesaria. Para ponerle solución, es recomendable solicitar un informe a nuestra propia compañía eléctrica para poder reducir la potencia contratada.

Termino variable, el consumo de la vivienda

La mayor parte del gasto en el recibo de luz se destina al consumo, por tanto, asciende o desciende en función del uso que tenga en cada periodo de facturación.

Es fundamental adquirir buenos hábitos de consumo para poder reducir este término variable:

  • Sustituir los halógenos o las bombillas tradicionales por luces LED, reduciendo el gasto en iluminación un 90%
  • Hacer uso de la radiación solar para iluminar la vivienda de manera natural y para calentarla
  • Fijar el termóstato a 22 °C durante todo el año
  • Siempre que sea posible, sustituir los electrodomésticos antiguos por unos más eficientes y de bajo consumo
  • Apagar los sistemas de climatización e iluminación en todas las estancias a las que no se esté dando uso

Contrato de suministro, el precio de la luz

Todo lo anteriormente mencionado nos permitirá reducir la huella de carbono que deja nuestro consumo de luz en el medio ambiente, sin embargo, no se percibirá el máximo ahorro en la factura si el precio establecido en nuestro contrato es demasiado elevado. 

Por ello, es importante hacer una comparativa ente las diferentes ofertas de luz para localizar la compañía de luz más barata o la opción más beneficiosa para nuestra vivienda. No olvidemos que se deben de tener en cuenta diferentes factores:

  • Evitar, en la medida de lo posible, las permanencias o penalizaciones para no arriesgarnos a sufrir sanciones en un futuro si aparece una oferta mejor
  • Analizar bien los descuentos que se ofrecen, pues no pueden hacer ahorrar durante un tiempo, pero incrementar la factura de manera notable al acabar la promoción
  • Elegir el tipo de tarifa a contratar en función del tipo de consumo que tengan los habitantes de la vivienda. Las de precio fijo están destinadas a los usuarios con un consumo regular durante el día, mientras que, las de discriminación horaria para los que tienen un mayor gasto durante la noche o los que prefieren adaptar sus consumos para ahorrar.

En resumen, elegir la mejor tarifa de luz para un suministro es un proceso completamente personalizado, pues lo que viene mejor para una casa, puede no ser lo más beneficiosa para otra.